TRIBUTO A PABLO PICASSO: EL TORO y LA MUJER

En el Minotauro-Picasso hay mucha más pasión personal encriptada que ilustración de la mitología clásica, que sirve sólo de desencadenante para el atormentado mundo interior del artista, espejo de sus pasiones.

"Rompiendo con el hechizo del minotauro
Seductor seducido y entregado la mujer".

Los trabajos están ordenados en una secuencia ... Los dibujos son borradores de la serie de pinturas "Bestias y el Cielo".


Tinta china sobre papel

Lapiz sobres tela

"el minotauro y la diosa Afrodita", acrílico y lapiz sobre lienzo.

Soy las dos cosas

"dualidad"
Acrílico sobre tela con soporte de madera ( 0.80m x 1.50m )
Jota Arthom


Todo lo que existe es una dualidad. Cada cosa tiene su opuesto, un complemento que le permite alcanzar la totalidad. Desde lo más pequeño hasta la inmensidad del universo, todo existe en relación a otra cosa:

Lleno / Vacío. Electrón / Protón. Mente / Conciencia. Pensamiento / Emoción. Pecho / Espalda. Adelante / Atrás. Cabeza / Pies. Arriba / Abajo. Día / Noche. Verano / Invierno. Cielo / Tierra. Cerca / Lejos. Expansión / Contracción.

¿Puede cada uno de estos, existir sin el otro? Un opuesto no es algo malo con lo que deberíamos luchar. Un opuesto es aquello que nos permite existir. Es más, si uno deja de existir, el otro automáticamente también lo hace, porque sin su par, pierde el sentido mismo de su existencia.

Tan unidos están los opuestos que tienen la capacidad de generarse, consumirse y convertirse mutuamente. Cuando el día se agota, surge la noche. Cuando el verano se agota, surge el otoño (pequeño invierno). Si hay mucho de uno, hay poco del otro y viceversa.

El ciclo de la existencia de las cosas se da a través del continuo cambio de uno a otro. Solo en un efímero momento ambos se encuentran en equilibrio. Luego uno crece hasta su máximo y en ese punto genera al opuesto, que desde su mínima expresión, crece hacia el mismo objetivo: morir para que su opuesto pueda existir nuevamente. Los opuestos colaboran entre si en pos de perpetuar su existencia.

Lo más importante no es identificarse con uno y otro, sino comprender que en el cambio de uno a otro está la existencia. Aferrado a solo una parte, la otra muere y por ende aquello a lo que me apego también morirá. Debo soltar, para que suceda el cambio.

Nuestra vida cotidiana, nuestras emociones, pensamientos y situaciones por las que atravesamos, se rigen también por estos principios. La vida es energía y sucede en el constante cambio. A veces vivimos situaciones que consideramos buenas, ¿podríamos considerarlas así si no hubiésemos vivido situaciones malas?

Las emociones que sentimos, existen en nosotros porque también existe su opuesto. A una de las dos partes estamos aferrados y por ende no dejamos ir a ninguna de las dos. Simplemente para que algo deje de existir debemos matar su opuesto, es solo que muchas veces estamos terriblemente apegados a ese opuesto.

Por ejemplo, sientes frustración, quieres dejar de sentirla pero retienes la necesidad de algo (de reconocimiento, de éxito, etc.) que al no ser cumplida, te frustra. Mata la necesidad y no sentirás frustración. Sientes enojo, entras en cólera con facilidad: mata tu apego a la paz, a los momentos de tranquilidad y facilidad. Deja que los momentos sean tranquilos o terriblemente confusos y complicados. Nada es siempre igual.

También, aquello que haces, lo haces ahora porque antes no lo hacías. Juegas al tenis, porque antes no lo hacías. Aprendes francés porque antes no sabías hablar ese idioma. Envejeces porque antes eras joven!

El cambio es el motor de la vida. Es un deseo innato del ser humano. Cambia, transmuta. Si tienes miedo, si te resistes, te apegas a algo, te quedas quieto y todo se detiene, se estanca y a la larga se morirá porque no permites – no te permites – el cambio.

Matar y permitir vivir es exactamente lo mismo. O matas al opuesto o reverencias a ambos.

Creo que lo más fácil es ser las dos cosas: el que mata y permite, el que sabe y el que no sabe, el que se enoja y está en paz, el que se necesita y se frustra, el que es viejo y joven…en esa totalidad te permites cambiar, avanzar, fluir y aquello que te molesta va dejando de existir.

No te catalogues, no te definas como bueno o malo, como pasivo o activo, como tranquilo o inquieto. Si eres uno, eres el otro. Acepta eso y todo será más fácil.

EL ARTE COMO EXPERIENCIA

La modernidad consolida y acrecienta la necesidad de que el arte tenga en los procesos de creación individuales las más amplias libertades.
Libertad en cuanto a los poderes políticos y religiosos.
Libertad en cuanto a las propias ataduras y las de los sistemas sociales.
Libertad en cuanto crítica y ruptura con lo precedente.
Libertad en cuanto proceso de autoanálisis, de viaje hacia lo más profundo de nuestro ser.
Libertad al fin, como compromiso con la contemporaneidad, con los desafío en la construccón del hombre nuevo(......).

(....) La pintura de John Thompson es corpórea, volumétrica, posee la densidad de lo real. Sus figuras son topógrafias orgánicas hechas con pintura. El color, la luz y sombra, la exaltación sensualista de la pincelada y de la materia tienen la intensión de colocarnos frente al hombre en su dimensión espiritual y física.
Imágenes despojadas de anecdotario circunstancial.
Gravedad, meláncolia y fuerza se dan cita en la superficie pictórica, cita esperanzadora frente a la incertidumbre y el desencanto.
En Thompson la pintura es en primer lugar afirmación de su propia persona y tambien vocación de contacto y relación con los demás.
En un extremo las propias inseguridades, la soledad, la fragmentación y en el otro la pintura como vehículo generoso de existencia y coexistencia, dialogo y reflexión.
Catalogo de muestra colectiva en el Centro Providencial de Artes plásticas y diseño de la ciudad de la Habana, CUBA, 2000
Javier Alonso.

"RETRATO DE UNO"
Oleo sobre papel sobre madera
Seleccionado en Concurso de pintura 1998, Banco Hipotecario el Uruguay.

Formó parte de la muestra colectiva"3328 Jose Martí" en Habana, Cuba,2000.
Forma parte de la coleccion Uruguay Foundation for the Arts; Washingthon DC, EUA, 2004.

LAS DOS CABEZAS


TECNICA: ACRILICO SOBRE TELA
LA OBRA FUE ADQUIRIDA ANTES DE SER EXPUESTA EN 2002
SE ENCUENTRA EN COLECCION PRIVADA EN ALEMANIA
AUTOR: ARTTHOM
El mundo fisíco todavía está allí. Es el parapeto del yo el que mira y sobre el cual ha quedado un pez color ocre rojizo, un pez hecho de aire seco, de una coagulación de agua que refluye.Pero algo sucedió de golpe.Nació una aborrecencia quebradiza, con reflejos de frentes, gastados, y algo como un ombligo perfecto, pero vago y que tenía color de sangre aguada y por delante era una granada que derramaba también sangre mezclada con agua, que derramaba sangre cuyas líneas colgaban; y en esas líneas, círculos de senos trazados en la sangre del cerebro.Pero el aire era como un vacío aspirante en el cual ese busto de mujer venía en el temblor general, en las sacudidas de ese mundo vítreo, que giraba en añicos de frentes, y sacudía su vegetación de columnas, sus nidadas de huevos, sus nudos en espiras, sus montañas mentales, sus frontones estupefactos. Y, en los frontones de las columnas, soles habían quedado aprisionados al azar, soles sostenidos por chorros de aire como si fueran huevos, y mi frente separaba esas columnas, y el aire en copos y los espejos de soles y las espiras nacientes, hacia la línea preciosa de los seno, y el hueco del ombligo, y el vientre que faltabaPero todas las columnas pierden sus huevos, y en la ruptura de la línea de las columnas nacen huevos en ovarios, huevos en sexos invertidos.La montaña está muerta, el aire esta eternamente muerto. En esta ruptura decisiva de un mundo, todos los ruidos están aprisionados en el hielo; y el esfuerzo de mi frente se ha congelado.Pero bajo el hielo un ruido espantoso atravesado por capullos de fuego rodea el silencio del vientre desnudo y privado de hielo, y ascienden soles dados vuelta y que se miran, lunas negras, fuegos terrestres, trombas de leche.La fría agitación de las columnas divide en dos mi espíritu, y yo toco el sexo mío, el sexo de lo bajo de mi alma, que surge como un triángulo en llamas.
Antonin Artaud